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  • Teresa

La vida en rosa (y azul)

El pasado 8 de agosto tuvimos una boda MARAVILLOSA, en letras mayúsculas. Destacó sobre todo por la explosión de color que supuso la decoración diseñada por Eterna Prometida, por la alegría con la que la disfrutaron los novios a pesar de las restricciones por la Covid-19 y por el ánimo que supuso para todos poder celebrar una boda tan bonita y emotiva en los tiempos que corren.


Todos necesitábamos vivir este gran día así que GRACIAS Ariadna y Carlos por seguir adelante y adaptar la boda a las circunstancias, a sus invitados por respetar todas las normas que nos permitieron vivir la boda con tranquilidad y seguridad y todo el equipo de profesionales que la hicieron posible con tesón y perseverancia.


Ari y Carlos se conocieron estudiando ingeniería de telecomunicaciones en Cartagena, hace dos años se prometieron estando él en Barcelona y ella en Madrid. En cuanto Carlos consiguió el traslado el año pasado, organizaron la boda en SiempreVerde prevista para el 20 de junio. Pero, como todos sabemos, no pudo ser, la declaración de pandemia lo hizo imposible. Rápidamente fijamos una fecha B para el 8 de agosto. "Realmente lo más duro fueron las dos últimas semanas porque todo se estaba poniendo muy feo en Murcia y no sabíamos si íbamos a poder celebrar la boda. Para que todo fuese mejor decidimos disminuir los invitados desde 300 a 100, quedándonos sólo con nuestra gente más cercana" nos comentaba Ariana cuando le preguntamos sobre su experiencia con la decisión de posponer la boda, "pero con Mafe (wedding planner Eterna Prometida) Mamen (responsable en SiempreVerde del catering Dalúa) todo fue muy fácil", añadía. El resultado sin embargo mereció la pena: "fue una boda espectacular, todo el mundo se quedó enamorado"-


La clave del éxito fue la actitud de los novios y la calidad de los profesionales de los que se rodearon.

Comenzando por la novia, su vestido era de Maison Portocale, tocado de Fan Fan et Poupi, zapatos de Lodi, joyas de Tous, peinado de Virginia de De2 y maquillaje de Cristina del Toro. El resultado fue perfecto, Ariadna estaba radiante.

En cuanto a la decoración todo fue diseñado y orquestado por Eterna Prometida, que ya se sitúa en las listas de las mejores wedding planner a nivel nacional. La combinación de colores rosa, azul, rojo, verde... no es nada fácil y ellas consiguieron que encajase a la perfección. La floristería, una de las claves más importantes del éxito, fue David de Sant, la pampa rosa de los cestos colgantes fue uno de los toques más originales de la boda. La iluminación de Montesinos Iluminación también estuvo a la altura de la celebración, las lámparas balinesas fueron otro elemento que la hicieron única. Nuestro catering principal, Dalúa, ofreció, como siempre, una cena deliciosa con la mejor organización y un perfecto control de los tiempos.

También cabe destacar que alquilaron la caravana de sweetland con gofres, que siempre es un exitazo.


Las fotos, salvo la segunda y tercera, son de Miriam Alegría, un puntazo para cualquier boda, no sólo por la fotazas que hace sino porque tener a una influencer como ella durante la boda da mucho juego.






En cuanto a la adaptación a la normativa excepcional para la contención del Covid-19, se celebró todo en el exterior, incluyendo la barra libre que fue servida en mesas altas con taburetes alrededor el olivo iluminado. La música, de manos de DJ García, fue adaptada para mantener un ambiente animado pero en el que poder conversar.


Queríamos transmitiros las palabras de Ariadna en cuanto a lo que supuso para ellos estos cambios: "Animamos a todos los novios a que celebren su boda porque es igual que siempre. Sí, hay limitación de número de invitados por mesa o no se puede bailar, pero cuando estás en ese día te das cuenta de que nada de eso importa, que mires a la mesa que mires, están todos riéndose y disfrutando de la noche. Inicialmente para nosotros el no poder hacer el baile fue una limitación, pero nos dimos cuenta cuando pasó que al estar todos los invitados en las mesas altas de las copas estaban todos juntos, charlando y riendo y si hubiera habido baile los grupos se rompen más porque hay gente que se cansa, que no le gusta bailar... Además que esto no sabemos cuando va a acabar, y cuando todo pase, tendremos otra excusa para juntarnos, celebrar el aniversario de boda ¡con el baile que no pudimos!"





Gracias de nuevo, os deseamos mucha mucha felicidad, os la merecéis.


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